Diez, el origen.

Pareciera que el título de Diez se explica por sí mismo. Sin embargo, no siempre es la obviedad quien nos otorga las respuesta que buscamos y les aseguro que quedarán sorprendidos luego de saber la verdad. Aunque Emar en sus textos nunca hizo una referencia explícita a su afinidad con el movimiento pitagórico, basta ver la estructura de Diez para deducirlo. Se trata de una pista que Bianchi dejó completamente al descubierto para los ojos de los enterados que vale la pena desenterrar un poco.

El pitagorismo era un movimiento fundado en el siglo V a. C. por Pitágoras de Samos y sus seguidores. Poseía tintes espirituales y científicos, similares en su mecánica y estructura a los masones. Su dogma principal era que todas las cosas son, en esencia, números razón por la que lograron avances tales como el descubrimiento de los números irracionales.

Entre muchas figuras, como la estrella de cinco puntas, que formaban parte de este culto secreto, el símbolo principal fue la tetraktys. Consiste en una estructura triangular compuesta por diez puntos colocados en cuatro líneas con puntos que aumentan progresivamente hasta sumar cuatro, representa el número diez. Diez es la totalidad, el final, es el más sagrado de todos los números pues simboliza la creación universal y el eterno retorno al movimiento.

Otro detalle salta a la vista. Si la estructura de la pirámide colocaba la parte más ancha de la pirámide como la base ¿por qué Juan Emar la invirtió para dar estructura a Diez? ¿ Cómo eligió los elementos que conformaría dicha pirámide opuesta? He ahí el misterio que nuestro chileno ha dejado para nosotros, sus lectores.